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LAS ESTACIONES DE LA VIDA ....JIM ROHN




ACERCA DE LAS ESTACIONES DE LA VIDA

Este libro es lectura para todo el mundo y no requiere una razón
específica para ello. Es un vistazo filosófico a las fibras
entretejidas que enlazan las leyes de la naturaleza y del hombre.
Define, en forma singular, la manera cómo la vida y los negocios se
asemejan a las estaciones cambiantes.

Cualquiera podría haber escrito Las Estaciones de la Vida, ya
que es la historia de todos nosotros. Estudia tanto el triunfo como la
tragedia y el efecto que ambos ejercen, finalmente, en la calidad
individual de nuestras vidas. Las palabras que aparecen en estas
páginas son fundamentales para las ideas y el discernimiento creados
por Jim Rohn y se usan en sus muchos seminarios en los Estados Unidos
y en el mundo entero.

La empresa Jim Rohn International es el vehículo que se utiliza
para producir y compartir sus principios y, por sí misma, se ha
convertido en uno de los éxitos alcanzados con la práctica de sus
enseñanzas. La compañía está empeñada en exponer ideales valiosos
donde quiera que haya una audiencia deseosa de escuchar.

En un futuro, Las Estaciones de la Vida se considerará la piedra
angular de una nueva teoría ...capaz de transformar a personas y
organizaciones, transportándolas del valle de la mediocridad a la
cumbre del éxito. Es el precursor de muchas otras creaciones que
producirán y comercializarán Jim Rohn International. Es rico en
inspiración, encapsula la verdad e identifica claramente las pautas a
seguir para los que buscan una vida mejor.

Para aquellos que están tratando de descubrirse a sí mismos,
este libro podría ser la llave que abre la puerta hacia un nuevo mundo
de éxitos y de felicidad.
AGRADECIMIENTO


A mi Madre y a mi Padre, quienes me enseñaron que la vida y los
negocios se asemejan al cambio de las estaciones.

A Dan McBride, cuya lealtad constante y persistencia tenaz nunca olvidaré.

A Don Reynolds, descubridor de métodos singulares que permiten a
más personas escuchar y compartir nuestras ideas.

A todos aquellos que contribuyeron - desde mis primeros años
hasta el día de hoy. La audiencia que Uds. me han proporcionado
-pública y privadamente, grande y pequeña, en conversaciones o en
seminarios - me obliga a descubrir nuevos métodos para compartir mis
pensamientos más recónditos. Cada uno de Uds. conoce la manera cómo me
ha inspirado.


LAS ESTACIONES DE LA VIDA
POR

E. James Rohn
PREFACIO


John Kennedy dijo en una ocasión que Winston Churchill había
"movilizado el idioma inglés y lo había enviado a librar una batalla".
Las generaciones pasadas han escuchado las palabras emocionantes de
Cicerón, Daniel Webster, Disraeli, Churchill y Kennedy...hombres que
recibieron de manos del Creador el don de poder cambiar, con su
elocuencia, el curso de la historia de la humanidad y la calidad de la
vida individual.

Jim Rohn, un hombre de nuestra generación, ha recibido este don.
Sus seminarios inspiradores y presentaciones a grupos en los Estados
Unidos y en el mundo entero han cambiado la vida de miles de personas.
Jim Rohn tiene una habilidad extraordinaria que le permite encontrar
ese detalle milagroso escondido entre lo ordinario y se expresa con
palabras que afectan, de manera singular, a todos los que le escuchan.

Las Estaciones de la Vida nos permite vislumbrar en forma
momentánea la profundidad del carácter de Jim Rohn. Su capacidad de
despertar nuevamente el espíritu dormido que llevamos dentro, es una
habilidad bienvenida en estos tiempos de cambios y desafíos. Este
libro es el primero que escribe Jim Rohn pero, ciertamente, no será el
último. Mi asociación con él durante la preparación de este libro me
ha convencido que el mundo debe conocer más a fondo, a este hombre.
Sus ideas y metas, su desarrollo personal, su capacidad para liderazgo
y el valor de la comunicación efectiva son necesarios en los campos de
la educación, del gobierno y de los negocios y su contribución para
mejorar la calidad de la vida familiar es incalculable.

Este libro puede estar destinado a convertirse en una obra
maestra de creatividad literaria.
Ronald L. Reynolds
LAS ESTACIONES DE LA VIDA
I
LOS CICLOS Y LAS ESTACIONES DE LA VIDA


Durante seis mil años de historia conocida, el ser humano ha
entrado al mundo, ha recibido instrucción de sus padres y en el aula
escolar y ha acumulado las experiencias que brinda la vida; muchos han
establecido metas ambiciosas y tenido sueños de éxito, pero a pesar de
ello, han dejado poca evidencia de su existencia, fuera de una partida
de nacimiento, una loza sobre su tumba y el gasto de medio millón de
dólares por mercadería y servicios utilizados entre el comienzo
humilde de su existencia y el foral ordinario de la misma.

Se han escrito libros sobre el tema de los logros humanos; se
han celebrado seminarios para estudiar los medios para llegar al éxito
y aquellos que lo han encontrado y aceptado, comparten libremente sus
ideas y percepciones con todos aquellos que deseen escucharlos.

Para algunos, las familias destrozadas y las amistades perdidas
son el precio que han pagado por las riquezas materiales. Para otros,
las riquezas les eluden constantemente, mientras sus familias se
mantienen intactas de manera precaria. La mayoría de nosotros
constituimos una de dos categorías: Somos pobres tratando de
enriquecernos, o ricos tratando siempre de volver a encontrar la
felicidad que teníamos cuando éramos pobres.

Este libro, un compendio de ideas y observaciones obtenidas a
través de cuatro décadas, tratará de colocar en perspectiva la vida,
sus eventos, propósitos y oportunidades. El objetivo no es que sea una
obra para enseñar la manera de alcanzar el éxito o evitar el fracaso
Si la vida brindara respuestas precisas a preguntas tan vetusta
indudablemente que su descubrimiento sería parte de la historia y
todos viviríamos para gozar de nuestros triunfos. En realidad, la
fórmula para el éxito de uno llevará a la destrucción de otro. Al
igual que el Creador nos hizo individualmente diferentes, también
reservó para cada uno de nosotros, respuestas distintas para
enfrentarnos a los desafíos de la vida.

El propósito de este libro es, por lo tanto, despertar en
nosotros la reserva de inspiración y las respuestas que yacen
adormecidas en el lugar en que fueron colocadas al nacer -en el
corazón y en la mente de cada uno de nosotros.

Procedamos ahora, a explorar los ciclos y las estaciones de la
vida, a descubrir cuáles son nuestras respuestas para responder a
nuestros propios desafíos.


II
EL EFECTO DEL AMBIENTE SOBRE
LAS CIRCUNSTANCIAS


Todos, ricos o pobres, jóvenes o viejos, con una buena educación
o con una educación menos completa, somos la suma total de las
personas y eventos que de alguna manera han cruzado nuestras vidas.
Todo pensamiento propio ha ejercido efecto en lo que somos hoy en día.
Toda película cinematográfica o programa de televisión que hayamos
visto ha ejercido efecto. Todo triunfo o sueño, toda desilusión o
duda, al igual que el amor que hayamos sentido por alguien, han
ejercido su efecto. Lentamente hemos creado nosotros mismos lo que
somos y lo que tenemos. La tendencia humana nos lleva a culpar a otros
o a las condiciones existentes por nuestra falta de progreso -
culpamos al gobierno, a la competencia, a los administradores, a la
inflación, a las planillas de pago y aun al tránsito y al clima por
las circunstancias en que nos encontramos.

Esas personas y eventos que han dejado sus huellas o influencia
- ya sea favorecedora o desfavorecedora - son cosas del pasado. Lo que
nos sucedió, aunque fuera ayer, no tiene importancia, a menos que lo
permitamos. Lo que sí tiene gran importancia son las personas y las
cosas que dejarán sus huellas hoy y de hoy en adelante. Lo que hemos
sido es un hecho establecido e inmutable. Lo que aún podemos ser es
una oportunidad vasta, ilimitada. Por consiguiente, no permita que el
reconocimiento de sus dificultades o fracasos en el pasado afecten, de
manera adversa, sus posibilidades presentes y futuras. El valor mayor
del pasado es la manera cómo lo invertimos en el futuro. Permita que
el pasado sirva para que el futuro sea más placentero y lucrativo.

Para aquellos que crean seriamente que se la merecen y que algún
día alcanzarán la independencia financiera: Elimine cada uno el
"espejo retrovisor" de sus vidas y concéntrense en lo que les espera.
Como punto de partida en el camino hacia el éxito hagan un inventario
cuidadoso de las personas y circunstancias que rodean sus vidas, ya
que el efecto que éstas ejercen será el factor que determinará lo que
les espera en el futuro. Es decir, determinará el tamaño de la cosecha
del otoño próximo.

Algunas veces acumulamos una combinación de contactos y
situaciones en la vida que, si no la modificamos en alguna forma,
garantizará que nuestro futuro será igual a nuestro pasado. El
progreso del ser humano tiene un precio, ya que indudablemente, cada
adelanto produce, automáticamente, una pérdida o un sacrificio.
Diariamente, todos sufrimos el efecto negativo de alguna cosa. Uno de
los grandes desafíos en la vida es alcanzar la sabiduría que nos
permita reconocer esas fuentes de influencias negativas y tener el
valor de echarlas a un lado, si esto fuera necesario. Nadie se toma
voluntariamente una dosis de veneno mortal, sabiendo lo que es; sin
embargo, todos tenemos amigos, parientes o socios en los negocios cuyo
efecto sobre nosotros es igual que el de una dosis de veneno. La
diferencia es que un tipo de veneno mata instantáneamente; una vez
ingerido, el cuerpo humano sufre el impacto, se debilita y finalmente
cesan todas sus funciones. Otros "venenos" matan la esperanza, la
ambición, el entusiasmo y la sed de éxitos. Los métodos son diferentes
pero el resultado final es el mismo. Hay poca diferencia entre el que
ha renunciado a la vida y el que ha renunciado a la esperanza.

No faltan quienes se ríen de aquellos que leen libros útiles.
Sin embargo, hay poca diferencia entre los que no saben leer y los que
no quieren leer - el resultado final en ambos casos es la ignorancia.

No faltan quienes desalientan a aquellos que buscan una
ocupación mejor. Sin embargo, es esencial que cada uno de nosotros
descubra lo que "está escrito" que hagamos, si queremos encontrar la
verdadera felicidad.

No faltan quienes critican a aquellos que tienen metas ambiciosas.
Pero sin metas ambiciosas, no podemos alcanzar el éxito; y sin éxitos
o logros la vida no cambiará de rumbo.

No faltan quienes chismean acerca de aquellos que alcanzan
éxitos. Sin embargo, no puede existir motivo de regocijo entre los que
se desempeñan pobremente.

No faltan quienes lloran ante aquellos que van en búsqueda de
una vida mejor. Sin embargo, algunas veces tenemos que alejarnos de
aquellos cuyo efecto nos restringe - a pesar de las lágrimas.

No faltan quienes odian a aquellos que logran mejorar sus vidas.
Sin embargo, en medio de la pobreza no puede existir la felicidad ni
puede haber amor entre los que tienen que soportarla.

Una de las desilusiones de la vida es el abandono de parte de
amigos a aquellos que comienzan a mejorar su situación; al mismo
tiempo que los que se han quedado rezagados se quejan porque "él se ha
olvidado de nosotros ahora que vive bien". Los que aceptan su
mediocridad son los que eligen "quedar rezagados". Casi siempre son
aquellos que se han elevado "sobre la multitud" los que desean
regresar a los amigos antiguos y abrazarlos con amistad y amor, pero
saben que no pueden hacerlo, ya que la envidia de los que han
permanecido rezagados no permitirá que esto se convierta en realidad.

Con frecuencia, es difícil detener el curso de nuestras vidas
para eliminar los escombros que hemos acumulado con el correr del
tiempo. Tenemos tendencia a recoger y abrazar ideas que son un lastre
a nuestro progreso. Atesoramos amistades aunque nos impidan el
desarrollo personal. Nos permitimos reconocer a algunos conocidos
aunque éstos afecten o destruyan nuestra actitud mental hacia la vida
y las personas. Conservamos asociados en nuestros negocios aunque
dichos asociados nos enseñen prácticas inmorales, ilícitas o de poca
ética. Aprendemos métodos para aumentar las ganancias mientras
reducimos la calidad. Permitimos, de muchas maneras, que mientras
nuestras vidas prosiguen sin rumbo, otras personas moldeen nuestro
carácter con su actitud mental y sus ideas - personas a quienes su
actitud e ideas han proporcionado poco beneficio en su propio
progreso, productividad o felicidad.

Aunque esta creencia no goce de mucha popularidad, cada uno de
nosotros acumula amistades, costumbres, actitudes, hábitos, opiniones
y filosofías que sencillamente no podemos darnos el lujo de conservar,
si realmente vamos en pos de una vida mejor. Es indudable que las
amistades son valiosas. Sin embargo, la vida humana también lo es y
sería una torpeza no alcanzar nuestro potencial por temor a enemistar
a un buen amigo.

La reunión de colegas profesionales durante la hora del
almuerzo, es una actividad común en la vida diaria. En una hora
podemos satisfacer nuestros deseos de alimentos y chismografía y
criticar y poner en ridículo a los que no están presentes. Podemos
repetir rumores- sean ciertos o no. Podemos quejarnos del gobierno, la
administración, los compañeros de trabajo, el tránsito, los impuestos,
el clima y el "sistema", sin hacer esfuerzo alguno por buscar una
solución. Aunque la conversación revele soluciones, no nos esforzamos
en comunicárselas a aquellos que posiblemente puedan ponerlas en
práctica y seguimos aceptando las cosas tal cual se encuentran en el
momento actual.

Para mejorar nuestra actitud mental, obtener mejores resultados
y gozar de mayor felicidad, necesitamos poner en práctica una
disciplina, que aunque dolorosa, nos permita eliminar la maleza del
jardín de nuestra vida.

Es mejor comer solo que en compañía de aquellos cuya
conversación es negativa. Es preferible cancelar una cita que
mantenerla con personas que nos hacen perder el tiempo. Es mejor
cambiar el rumbo de una conversación que prolongarla si su intención
es degradar a alguien. Decir la verdad completa y dolorosa es mejor
que decir una verdad a medias que ha sido alterada para hacernos
quedar bien. Es mejor decir "no" en vez de "sí" a alzo que no queremos
hacer o a alguien con quien no queremos estar.

Es mejor ser firmes que corteses ante aquellos cuya personalidad
cáustica no justifica la cortesía. Si nuestra meta es mejorar nuestras
circunstancias personales, tenemos que aprender a hacer lo que las
personas fracasadas, en pocas palabras, no tienen deseos de hacer.

Mejor, tener pocos buenos amigos que muchos malos amigos. Mejor
no tener amigos que pocos malos amigos.

La vida es una maniobra delicada durante la cual seleccionamos,
rechazamos, revisamos y cambiamos. Toda persona que entra a nuestro
mundo trae consigo una contribución o el poder de destrucción. El que
trata de ser "siempre simpático" está cortejando, indudablemente, un
desastre. Aquellos con una actitud mental venenosa, opiniones extrañas
y conversaciones cáusticas tratan siempre de encontrar a una persona
simpática que les escuche. Les encanta vaciar su basura verbal en la
mente de cualquier persona que quiera escucharles. Uno de los desafíos
de la vida es que cada persona aprenda a estar de guardia protegiendo
el umbral de la mente. Hay que examinar cuidadosamente las
credenciales y la autoridad que dicen tener aquellos que tratan de
introducirse en el lugar donde se forma la actitud con que nos
enfrentaremos a la vida.

Las palabras, las opiniones y los comentarios hechos por otros,
hacen mella constante en todos nosotros Las conversaciones impregnadas
de melancolía, sin esperanzas y saturadas de quejas, condenación y
crítica, nos afectan temporalmente la disposición mental y,
permanentemente, la personalidad y el carácter. Tal como indicó un
sabio: "Un rostro amargado no es un accidente. Es el resultado de
pensamientos amargos".

Padres, bien intencionados pero equivocados, dicen
frecuentemente a sus hijos que son malos, mal comportados, egoístas o
tímidos. Maestros comunican a los padres, por medio de sus acciones o
sus expresiones, que sus hijos no son inteligentes, no cooperan o son
malos estudiantes. Durante nuestra edad temprana, cada uno de nosotros
recibió el impacto de comentarios impulsivos de parte de personas que
no se percataban de que dichas palabras estaban formando nuestro
carácter. Conforme maduramos, tenemos tendencia a escoger la
asociación con aquellos que más se nos asemejan. Los débiles atraen a
los débiles, los pobres se sienten más cómodos con los pobres, los que
han cosechado éxitos se sienten atraídos hacia otros que han alcanzado
éxitos y aquellos que tienen actitudes e ideas optimistas buscan a los
que manifiestan las mismas características. Lo que somos determina el
tipo de persona, evento, libro y estilo de vida que escogemos para
asociarnos.

Para que el ser humano logre mejorar sus circunstancias
personales y financieras, tenemos que aceptar que ese progreso
requiere tanto hacer como deshacer. Es necesario sacrificar muchas de
las actividades y de las personas que actualmente nos influencian.
Tenemos que librarnos de esas fuentes de duda, preocupación,
negativismo, avaricia y egoísmo, ya que mientras estemos bajo esas
influencias, los cambios necesarios no tendrán lugar. Todos aquellos
que traten de cambiarse a sí mismos o cambiar sus circunstancias, sin
cercenar las "anclas mentales" a que se han atado, descubrirán que de
esta manera la labor es casi imposible. Deshacer el pasado es una
tarea difícil por sí sola, aun sin el peso de quienes con su
conversación, comentarios o actitudes nos encadenan a lo que tratamos
de dejar a un lado.

Imagínese a un hombre o a una mujer que ha tratado
constantemente de vivir dentro de los límites de sus ingresos, pagando
únicamente parte de sus cuentas, comprando ropa en rebaja, comprando
los alimentos menos caros y en general, haciendo todas las otras cosas
que tienen que hacer aquellas personas que no ganan "suficiente
dinero". Finalmente, llega ese día en el que la persona combina la
dosis necesaria de ira, frustración, humillación, determinación,
seguridad en sí misma y coraje para decir: "Esto se acabó". La
resolución de cambiarse a sí mismo o a sí misma y cambiar la situación
en que se encuentra es inconmovible. Se dedica a leer los libros
indicados, se viste de la manera correcta, piensa de manera cabal y va
a los lugares ideales. Dedica su vida a cambiar las "cosas" a un plano
superior.

Aunque existan estas nuevas emociones - estímulo, determinación
y esfuerzo - imagínese las probabilidades de éxito si la persona debe
regresar al final de la jornada a compartir el tiempo con aquellos
cuyas voces resuenan con desaliento, ridículo y dudas exageradas.
Parece ser que siempre existe el cuñado listo a decir: "Siempre estás
en quiebra y sin embargo presentas una fachada de lujo. ¡Buena suerte!
"

El estar sujetos tanto a nuestra nueva "determinación de
alcanzar el éxito" como a aquellos que nos rodean y cuyas palabras nos
recuerdan un pasado estéril, es lo mismo que un viaje en un ascensor
mental. Ascendemos con nuestras ideas y nuestras acciones pero siempre
hay alguien que, sin pensar, aprieta el botón que nos regresa al lugar
donde comenzamos nuestro viaje. Reemplazamos la seguridad alcanzada
recientemente con las dudas antiguas, superamos nuestras acciones con
los temores anteriores y finalmente, es posible que regresemos a las
ideas que llevan a la postración mental y financiera. Una vez que por
medio de sus opiniones bien intencionadas pero destructivas, nos han
hecho regresar de nuestro viaje de sueños, ambición y éxitos, nuestras
amistades nos invitan a una fiesta de fin de semana para que seamos
nuevamente partícipes activos en los chistes, el sarcasmo y el chisme
de todos aquellos que se encuentran a gusto en su mediocridad. Una vez
que nos deshacemos de nuestro sueño de una vida mejor y aceptamos las
condiciones antiguas, silenciosamente dejamos de tratar, planear,
soñar, explorar o lograr.

El rodearnos de amigos buenos tiene un valor incalculable. El
peligro a que nos exponemos al rodearnos de amigos malos puede ser
amasador. Es posible que la filosofía óptima sea: "La amistad debe
existir en proporción directa al crecimiento personal que se obtiene
de dicha amistad".

Finalmente, el escoger amigos "buenos" no equivale a escoger
como amigos a aquellos con más dinero. Las características importantes
son la actitud mental, la sensibilidad y las otras virtudes humanas
que existen en los amigos que escogemos. No todas las personas pobres
son malos amigos ni todos los amigos ricos ejercen un efecto
enriquecedor en nuestras vidas. Estudiemos cuidadosamente á nuestros
"amigos"...sin considerar sus bienes o logros. A1 examinar a nuestros
amigos en ambos extremos del espectro financiero, posiblemente
descubriremos que tenemos "amigos" ricos y pobres con los cuales no
podemos darnos el lujo de asociarnos.
III
EL VALOR DE LA ACTITUD MENTAL


Sin considerar las inclinaciones religiosas o intelectuales
individuales, es difícil no creer que los seres humanos son parte de
un gran plan regido por fuerzas que pocos o tal vez ninguno de
nosotros logra comprender. Personalmente, estoy convencido de que el
ser humano procede de otro lugar ...que su inteligencia existía en
otros parajes antes de llegar a nuestro mundo. Creo que su
inteligencia individual moraba en otro lugar ...creciendo,
aprendiendo, luchando, fracasando y alcanzando éxitos - pero siempre
creciendo y madurando. Nuestra estadía en esta esfera terrestre es
únicamente un escalón en un plan metódico de progreso eterno que nos
llevará a avanzar hacia una vida subsiguiente o retroceder y observar
a los que amamos - y que avanzaron en vez de retroceder - aproximarse
a un conocimiento y entendimiento más claro de las cosas. Quizás este
sea el sufrimiento de los condenados al fuego infernal. Imagínense la
agonía personal que nos agobiará al descubrir que estábamos siendo
sometidos a una "prueba" sin que nos diéramos cuenta y que en vez de
escoger un crecimiento personal duradero, un conocimiento más profundo
y una nueva comprensión, escogimos la promiscuidad, el ocio, la
crítica destructiva y la goma que es la consecuencia de una
borrachera. Aquellos que amamos en esta vida y que eligieron los
beneficios duraderos en este "terreno de pruebas", progresarán ante
nuestros ojos y nos dejarán a la retaguardia. Nuestra condena eterna
será reconocer el valor del amor, la honestidad y esas otras virtudes
del ser humano que harán que nuestros seres queridos que las poseen
vayan siempre un paso más adelante que nosotros en su progreso hacia
la eternidad. Ya no será posible hablarles, tocarles, besarles, o
expresarles nuestras emociones ...pero tendremos que estar siempre
conscientes de su existencia aunque ellos no estén conscientes de la
nuestra.

Conforme leo, pienso y especulo acerca de las personas, sus
obras y su destino, me convenzo cada día más profundamente que nuestro
destino es madurar, tener éxitos, prosperar y encontrar la felicidad
durante nuestra vida. En un país donde las oportunidades abundan, la
realización personal óptima en la vida - incluyendo la riqueza
personal -está al alcance. Contrariamente a las enseñanzas de algunas
religiones, la riqueza no es un mal - la pobreza es un mal, ya que la
pobreza (salvo excepciones extremas) representa a personas o grupos de
personas que eligen no utilizar sus talentos individuales. En cambio,
prefieren permitir que aquellos que descubren y usan sus propios
talentos, sean sus protectores.

Sé que aquellos que proclaman autoridad divina dicen que "los
mansos heredarán la tierra". Pero, ¿dónde dice que para ser "manso"
también hay que ser pobre? Esa es una idea totalmente disparatada
...es una racionalización que usan los perezosos y bribones para
justificar su falta voluntaria de progreso humano. Entre los perezosos
y bribones incluyo a los que se rinden ante una dificultad, a aquellos
que no hacen un cometido completo a una ocupación o una causa y
definitivamente, incluyo a aquellos que ni siquiera tratan de hacer un
esfuerzo para mejorar su situación en la vida. Imagínense si
Washington no hubiera tratado de cruzar el Delaware porque la
situación no era favorable. Imagínense si Lincoln hubiera desistido
por haber sufrido vergüenza como soldado, por haber fracasado como
hombre de negocios o por haber sido derrotado en las urnas. Imagínense
si John Kennedy hubiera decidido no llegar a la luna para que los
Estados Unidos fuera a la vanguardia ante los ojos de los
norteamericanos y del resto del mundo. Pero, más que nada, imagínense
un mundo sin las contribuciones de estos y otros grandes hombres que
se sobrepusieron a la adversidad con talento, deseos y determinación
de dejarle al mundo algo mejor al despedirse que al entrar en él.

En caso de no haber logrado explicar mi punto de vista,
permítanme aclarar con estas palabras lo siguiente: Dios, o el poder
responsable de nuestra existencia, no tenía intención de que
fracasáramos o nos ahogáramos en la pobreza, el martirio, las quejas o
la mediocridad en cualquiera de sus formas. Este no es el destino del
ser humano. Hemos sido bendecidos con toda la materia prima necesaria
para el progreso: Imaginación, ideas, inspiración y una capacidad
intelectual lista a ser desarrollada ...una capacidad sin límites. El
único límite que la restringe es la incapacidad de reconocer la
característica ilimitada de nuestra naturaleza. Se requiere esfuerzo
para llegar a conocer nuestra capacidad: Se requiere esfuerzo para
entusiasmarnos por una ocupación o causa. Se requiere esfuerzo para
continuar luchando cuando los resultados obtenidos - al igual que los
amigos nuestros - nos dicen que desistamos. Se requiere esfuerzo para
aceptar todo lo que nos sucede - la felicidad al igual que las
tristezas de la vida. Finalmente, también se requiere esfuerzo para
aprender a amarnos a nosotros mismos más que a los demás,
especialmente reconociendo nuestros fracasos, dudas y tragedias. Sin
embargo, no se requiere esfuerzo para fracasar. Se requiere poco más
que una actitud -que se va deteriorando lentamente- para juzgar el
presente, el pasado y nosotros mismos. Es irónico que una de las pocas
cosas en la vida sobre la que tenemos control absoluto es nuestra
actitud mental, pero a pesar de ello, la mayoría de nosotros pasa la
vida como si no tuviéramos control alguno. Nuestra actitud nos dicta
si vamos a leer o a no hacerlo. Nuestra actitud nos hace insistir o
desistir. Nuestra actitud nos hace tomar responsabilidad por nuestros
fracasos o, tontamente, nos hace culpar a otros. Nuestra actitud
determina si amamos u odiamos, si somos veraces o mentirosos, si
actuamos can premura o si nos dilatamos, si avanzamos o retrocedemos
y, con nuestra actitud, solamente nosotros podemos decidir si
triunfamos o fracasamos.

Es increíble que el Dios, que creó un universo tan complejo e
inmenso, creara la raza humana y le diera a esos seres humanos la
libertad para permitirles escoger sus propios éxitos o su destrucción.

Este Dios sabio nos entregó una esfera con un equilibrio
delicado llamada tierra y en ella colocó al ser humano inteligente
para desarrollarla o destruirla. Es fascinante ver que Dios dejó ambos
proyectos - la tierra y los seres humanos - sin completar. No
construyó puentes para cruzar los ríos y arroyuelos, no pintó cuadros,
no compuso piezas musicales, no escribió libros y no exploró el
espacio. Para alcanzar estos éxitos Dios creó al ser humano quien,
aunque incompleto, lleva en el corazón y la mente la capacidad para
hacer todo esto y aún más, de acuerdo con lo que seleccione por sí
solo. La actitud mental determina la selección y la selección
determina los resultados. Todo lo que somos y lo que podemos ser está
en nuestras manos.

En estos momentos, al leer estas palabras, su actitud ha
determinado lo que es Ud. Su entusiasmo, intensidad, fe en Ud. mismo,
paciencia con Ud. mismo y con los otros y el entusiasmo infantil al
contemplar el futuro sin barreras, es el resultado de estas palabras:
Actitud mental. El trabajo de Dios ha llegado a su fin pero su trabajo
para crear un futuro mejor está sólo comenzando. Mientras lata su
corazón, tendrá a mano la oportunidad de completar esa tarea y al
hacerlo completará Ud. el trabajo que Dios dejó en sus manos para
beneficio suyo y de la tierra. En los ciclos y las estaciones de la
vida, la actitud mental lo es todo.


IV
EL PROGRESO CONSTANTE Y

PREDECIBLE DEL CAMBIO

La marea sube y baja; el sol nace, nos brinda luz y luego se
oculta, dejándonos en la oscuridad. La sequía que arrasa los campos
fértiles del mundo es seguida por las lluvias y la abundancia. Hoy en
día nos sofocamos con el intenso calor del sol veraniego y dentro de
poco tendremos que abrigarnos para protegernos contra el frío
penetrante de una tormenta invernal. La prosperidad trae consigo
oportunidades abundantes y recompensas pero las retirará al
enfrentarse a un clima de recesión en los negocios. La sonrisa se
convierte en lágrimas, la felicidad en tristeza y el júbilo en
tragedia. Los amigos íntimos se convierten en enemigos y el ruido de
los cañones y el correr de la sangre en los campos de batalla se
transforman en el silencio de una paz temporal.

Con el transcurso del tiempo, para todos los que existimos en
esta esfera giratoria blanca y azul que llamamos tierra, la seguridad
se transforma en dudas, la paciencia se convierte en tensión, la
expectativa se vuelve aburrimiento y los éxitos pasan a ser
desilusión.

Mientras la rueda de la vida continúa girando, todas las
emociones humanas aparecen, desaparecen y reaparecen nuevamente. Somos
espectadores y contemplamos sorprendidos la transformación de una
generación, que vivía bajo las normas de la moralidad, en una
generación inmoral; predecimos el fin del mundo, tal como lo hicieron
nuestros antepasados al enfrentarse al mismo dilema en generaciones
anteriores.

Cada generación trata los enfrentamientos, las desilusiones y
los desafíos de la vida, como si fuera la primera que experimenta
estos eventos. En realidad, las generaciones anteriores a la era
cristiana vieron la aparición y desaparición de las mismas
situaciones.

El único factor constante en la vida, es para todos nosotros, la
actitud con que nos enfrentamos a ella. Un desafío importante que
encaramos todos es aprender a vivir el cambio de los ciclos de la vida
sin que ellos nos transformen. Un esfuerzo constante y consciente para
mejorarnos individualmente, mientras cambian las circunstancias que
nos rodean, nos permitirá tolerar los inviernos de la vida y gozar
plenamente de las bendiciones de la cosecha que nos ofrecerá la vida
en el otoño.
V
LA PRIMAVERA


Luego de la turbulencia del invierno llega la temporada de
actividad y oportunidad que llamamos primavera. Durante esta temporada
debemos entrar a los campos fértiles de la vida con semillas,
conocimientos, cometido y un esfuerzo determinado. No es el momento
para dilatar y ponderar las posibilidades de fracaso. El que permite
que transcurra la primavera mientras recuerda la cosecha abundante del
otoño anterior o el fracaso del otoño anterior, a pesar de los enormes
esfuerzos de la primavera previa, es un necio.

La primavera tiene como características la brevedad y la
habilidad de adormecernos con su gran belleza. No hagamos una pausa
muy prolongada para saturarnos con el aroma de las flores, ya que nos
podemos despertar una vez haya transcurrido la primavera sin haber
esparcido las semillas. A la primavera no le importa si Ud. siembra o
duerme, siembra con abundancia o escasamente, o si siembra una semilla
de trigo enriquecedor o de maleza sin valor. A la primavera, a la
tierra, al sol y a los otros elementos no les importa si Ud. siembra o
no. La primavera se presentará para ser aprovechada. No le aconsejará
que siembre ni le advertirá las consecuencias si no lo hace. Para el
que ara la tierra, la primavera no conlleva emociones. Fue Dios quien
le dio a Ud. la sabiduría para abandonar su posición cómoda y
dirigirse a los campos en la estación apropiada.

La primavera llega al esposo, al padre, a la esposa, a la madre
o al ejecutivo en forma de una oportunidad para matricularse en una
clase, para sostener una conversación con alguien en el momento
oportuno, para cambiar de ocupación o mudarse de residencia o quizás
para cambiar de opinión acerca de alguien o de algo. La primavera de
la vida se manifiesta con poca frecuencia. No permita que pase de
largo mientras Ud. recuerda vagamente la severidad del invierno
anterior en su vida.

Con la inteligencia, la sabiduría y la libertad para escoger que
tenemos, por ser seres humanos, ponga en práctica la disciplina
necesaria para sembrar a pesar de las piedras, la maleza u otros
obstáculos que puedan surgir en el camino. Las piedras, la maleza y
las espinas del mundo no pueden destruir todas las semillas si Ud. las
sembró en cantidades suficientes e inteligentemente.

Para aprovechar plenamente la primavera, elimine de su terreno
la maleza y las piedras que se disfrazan de preocupaciones, dudas y
pesimismo y que se manifiestan en las opiniones de aquellos que le
rodean. El abono de la fe y el entusiasmo destruirán las peores plagas
y malezas. No escuche a los que pregonan palabras desalentadoras -los
que le inducen a que descanse durante la primavera. Esos sufrirán
hambre durante el otoño y el invierno o tendrán que pedir limosna a
aquellos que reconocen que la primavera brinda una oportunidad breve
para trabajar y posponen el juego para otra estación.

La esencia de la primavera es la fe entretejida entre las libras
del esfuerzo humano. La primavera es un soplo del aire fresco de la
oportunidad que disipa las nubes invernales. La primavera es el
momento de entrar a los campos baldíos y tristes que se nos ofrecen
como una oportunidad nueva. Al entrar a esos campos vemos en los
terrenos vecinos el florecimiento de la naturaleza - las margaritas -
y sus otros milagros. Estos son milagros que ha sembrado Dios y nos
recuerdan que la naturaleza cumple sus promesas. Ya es posible
observar el milagro de las estaciones; las mismas nevadas que nos
hicieron acurrucar en busca de calor durante el invierno también
sirvieron de abrigo a la cosecha de la naturaleza que ahora surge ante
nosotros.

Haga el esfuerzo ahora sin quejas, sin dudas, sin pesimismo y
sin lástima a sí mismo por las circunstancias invernales. ¿Se quejaron
las margaritas por el frío y los vientos? No, no se quejaron y hoy
existen ya sea para hacernos recordar o como una amenaza o promesa.
¿Se esconden los lirios bajo la tierra, temiendo que regrese el
invierno o dejan de florecer por temor a los insectos y las plagas del
verano? ¿Se demoran o presentan excusas las margaritas o los lirios de
la naturaleza? Existen porque han soportado las circunstancias y
porque han superado los obstáculos que presentan las piedras o la
tierra endurecida. Lo mismo debe hacer Ud. para que su vida pueda
florecer. El mismo Dios que le dio vida, significado y oportunidad a
la cosecha de la naturaleza le ofrece a Ud. las mismas bendiciones.
¿Es Ud. menos que una margarita o un lirio? ¿Tienen esas flores un
cerebro, una visión o una opción? ¿Conversan entre sí para compartir
ideas?

La primavera nos dice en pocas palabras, ¡Aquí estoy! La
primavera irradia vida y calor. Nos proyecta el mensaje constante de
su llegada - el petirrojo, las ardillas, el regreso de las golondrinas
y el brote de las bayas silvestres para aquellos cuyos graneros están
vacíos. La primavera le sonríe a aquellos que responden a su llegada y
trae lágrimas para los que no se movilizan o esfuerzan. Algunos
trabajan muy poco - solamente lo suficiente para excusar los
resultados escasos del otoño. Algunos pescarán, jugarán, dormirán o
yacerán entre las flores silvestres. Otros sembrarán descuidada o
rápidamente, sin utilizar el tiempo necesario para hacerlo al nivel
que sus capacidades e inteligencia les permita. Algunos confiarán sólo
en Dios - quien hace crecer las flores silvestres - y se olvidan del
proverbio "fe sin trabajo no es suficiente". El calor, el sol y los
campos fértiles de la primavera son únicamente una parte de la fórmula
para el éxito. El catalizador que produce el resultado final es el
esfuerzo humano intenso, honesto y constante y en esto radica el
problema. Cómo seres humanos tenemos la libertad, la opción de
escoger; tenemos el derecho a usar o no usar la disciplina, a actuar
con valor o a escondernos con miedo; la opción de pensar o de
responder por costumbre o hábito. Al tener libertad de elección,
frecuentemente escogemos descansar, trabajar sin mucho empeño o
escogemos una excusa. Algunas veces optamos por permanecer bajo techo
por su comodidad o al lado de un arroyo en vez de en campo abierto,
sabiendo que la inteligencia que nos permite desempeñarnos bien
también nos permite mentir, , inventar excusas o culpar a las
circunstancias. Más que todo, el regalo de la inteligencia humana y la
libertad para escoger que la acompaña no es una bendición sino una
maldición que nos permite engañarnos a nosotros mismos, que es la
cumbre de la ignorancia.

Escoja la actividad, no el descanso. Escoja la realidad, no la
fantasía. Escoja una sonrisa, no el ceño fruncido. Escoja una mejor
vida en todo y aproveche la oportunidad para trabajar en el momento en
que la primavera le sonría según transcurre.

Mucho del esfuerzo y de la oportunidad que son parte de la
primavera nacen de la profundidad y calidad de nuestra fe. La vida no
nos asegura que las semillas sembradas vayan a proporcionarnos una
cosecha. Solamente podemos basarnos en las experiencias de otros. Las
tormentas de la vida pueden cancelar los esfuerzos vertidos en los
campos de la oportunidad. Pero, por otro lado, esa falta de esfuerzo
durante la primavera nos garantizará que no haya resultados durante el
otoño.

La fe nos proporciona una ley irrevocable decretada en el cielo,
que nos asegura que por cada esfuerzo humano disciplinado, recibiremos
una recompensa multiplicada ...por cada taza sembrada, un quintal
cosechado ...por cada buena idea dada a otro, recibiremos muchas
...por cada acto de fe ...recompensas múltiples ...por cada acto de
amor, una vida de amor ...por cada semilla de aliento dada a otro y
por el esfuerzo de la primavera, una hora de descanso justo en el
otoño ...por cada acto de paciencia y de comprensión para beneficio de
otro, paciencia brindada a nosotros si nuestras propias acciones
causan desilusión.

La primavera nos promete que la cosecha será equivalente a la
siembra. Siembre mentiras y cosechará engaños; siembre avaricia y
cosechará pobreza; siembre inactividad y cosechará un granero vacío;
escoja la postergación y un gigante que ahora está en la infancia
crecerá hasta convertirse en un monstruo que inutilizará sus acciones
del futuro.

El sembrar durante las brisas cálidas de la primavera requiere
que pongamos en práctica la disciplina humana difícil y dolorosa y al
no hacerlo, aseguramos que en el otoño venidero experimentaremos el
dolor del arrepentimiento. La diferencia consiste en que el dolor que
causa practicar la disciplina pesa onzas mientras que el dolor que
produce el arrepentimiento pesa toneladas. Tenemos que sembrar durante
la primavera de la vida o pedir limosna durante el otoño.

Un grano de maíz produce maíz. Una semilla de duda, temor o
desconfianza en la mente, produce dudas, temores y desconfianza. Tal
como la tierra nos devuelve lo que le damos, la mente del hombre nos
devuelve lo que le hemos colocado en forma de pensamientos.

El precio y el esfuerzo al pensar ideas de amor, prosperidad y
seguridad en nosotros mismos no es mayor que el precio de ideas de
odio, pobreza o dudas. La diferencia es la recompensa.

Cada día es una nueva primavera. Los pensamientos, las acciones,
los sueños y los esfuerzos de hoy proporcionarán la cosecha de mañana.
El desaprovechar la oportunidad de este día es demorar la llegada de
un futuro mejor. No utilice el día de hoy para volver a vivir
mentalmente el día de ayer o para esperar que mañana sea un día mejor,
ya que al llegar, se llamará hoy. No habrá mejor día ni mejor
oportunidad para comenzar que el momento presente. Aproveche los
momentos conforme lleguen y ajústelos de manera que formen parte de su
futuro. La dilatación de hoy llegará a ser, seguramente, el
remordimiento de mañana.

Para algunos, la llegada de la primavera acarrea dificultades.
Quizás por nuestro abandono o inactividad de las estaciones pasadas,
nos encontramos con nuestros graneros y estómagos vacíos. La falta de
alimentos y dinero no será en el otoño próximo ...es ahora. Las voces
de los seres queridos hacen eco de estas necesidades, suscitadas por
nuestra falta de esfuerzo y resultados, y esos seres queridos nos
esquivan la mirada para ocultar la vergüenza y la desilusión que se
refleja en ella.

Bajo circunstancias como estas, tenemos la tendencia a olvidar
que las estaciones ni se apresuran ni se demoran para satisfacer
nuestras necesidades. La primavera llegará pero no demorará ni
transformará la semilla en el producto de la cosecha. Como siempre, la
semilla, al igual que nuestras necesidades, tiene que esperar el
cambio de las estaciones. No podemos pedirle un adelanto a la
naturaleza. El talento, la necesidad, el deseo y las oraciones son
inútiles para los que sufren las consecuencias de un abandono
anterior. Tenemos que entrar a los campos durante esta primavera con
estómagos y graneros vacíos y con gran remordimiento por nuestras
acciones previas, ya que si no lo hacemos bajo estas circunstancias
aseguramos la continuación de las condiciones actuales.

Finalmente, con inteligencia, reconozca las indicaciones sutiles
de las primaveras de la vida que se manifiestan cada día: la
oportunidad de escuchar las palabras de alguien más sabio que
nosotros, la oportunidad de colocar a un niño sobre sus rodillas, la
oportunidad de caminar por la playa con un ser querido, la oportunidad
de absorber el valor de un buen libro, la oportunidad de hablar bien
de alguien cuando la costumbre le impulse a hablar de sus faltas, la
oportunidad de admirar un picaflor, una flor o una mariposa que pone
en manifiesto el milagro de su existencia. Aproveche la oportunidad
poco frecuente de no hacer nada o de hacer algo como un cambio,
oblíguese a apagar la televisión y a participar en una conversación
familiar -o hasta permanecer silencioso. Las oportunidades nos rodean
y aparecen y desaparecen con la misma rapidez, dejando recuerdos
gratos a los que responden a su presencia y arrepentimiento a los que
están muy ocupados para aprovecharlas.

La vida es un comienzo constante, una oportunidad constante, una
primavera constante. Tenemos que aprender nuevamente a verla tal como
lo hacíamos de niños, dejando que la fascinación y la curiosidad nos
motiven para volver a estudiarla. Aquellos que buscan el milagro
oculto entre lo ordinario encontrarán fortuna, felicidad y
tranquilidad mental. La combinación singular de sol, tierra y semilla
durante la primavera producirá resultados milagrosos y predecibles
para aquellos que aprendan a aprovechar la primavera de manera total y
completa.
VI
EL VERANO


El éxito en la vida no se obtiene fácilmente; tampoco es fácil
para la semilla brotar, empujando la tierra en su búsqueda de la luz y
de los compuestos químicos en el aire que le mantendrán la vida y le
darán salud. El progreso, en cualquiera de sus formas y la felicidad y
el éxito, de cualquier tipo, requieren un esfuerzo constante, ya que
existen obstáculos que pueden desanimar a los débiles o los que no se
merecen el éxito. Se supera un obstáculo en la vida y otro aparece
para llenar el vacío. La vida está diseñada para ser un relato de
éxitos, a pesar de la adversidad, no porque no exista la adversidad,
ya que sin adversidad no puede existir el éxito. No culpe a los
problemas y desafíos de la vida por las circunstancias que le acosan.
¿Se queja, acaso, la semilla por las piedras debajo, encima y
alrededor de las cuales tiene que germinar? ¿Existiría alguna vida
valiosa en la tierra si nos rindiéramos al enfrentarnos a la primera
dificultad? La vida nos empuja constante e inexorablemente hacia
abajo, y da cabida a las desilusiones y a la desesperación. Los
motivos de queja estarán siempre presentes, pero si dedicamos nuestra
energía a quejarnos, aumentaremos el empuje de la vida hacia abajo. La
maleza y los insectos aparecen por si solos. No es necesario ni
sembrarlas ni cuidarlos. Su existencia está asegurada, ya que se
alimentan y sobreviven de los esfuerzos de las personas industriosas.

El verano de la vida es una estación para protección; requiere
un esfuerzo cotidiano para protegernos contra los insectos
destructivos y la maleza nociva. La primavera es la estación para
crear cosas de valor y esas cosas de valor necesitan el verano para
crecer y ganar fuerzas y poder rendir sus resultados en el otoño
próximo. El final de la primavera no puede significar el final del
esfuerzo humano -un esfuerzo termina y otro tiene que comenzar. Si
cesa el esfuerzo y existe el abandono, el crecimiento le cede el paso
al estancamiento y a la podredumbre. Los insectos y la maleza de la
vida existen para poner a prueba el anhelo de éxito del ser humano y
para determinar si éste es merecedor de las recompensas que le ofrece
la vida.

Debe Ud. comprender que la buena voluntad será atacada. Esta es
la manera que utiliza la naturaleza para calificar a los merecedores y
a los que no lo son. La maleza de la vida existe para convertir la
seguridad en duda, la confianza en sospecha, la paciencia en
impaciencia y el esfuerzo en dilación, preocupación y finalmente,
derrota. No malgaste tiempo valioso discutiendo con la naturaleza. La
maleza, los insectos, las piedras y las tormentas de la vida se reirán
de los que dedican su tiempo a acusarles de injustos. Sí, muchas veces
son injustos, pero frecuentemente son injustos con aquellos que tratan
de obtener. algo gratis o con los que tratan de gozar de las
recompensas de la vida sin pagar el precio, en actividad y
determinación, que son imprescindibles para luchar contra los
obstáculos. No malgaste el tiempo persiguiendo a los pájaros que
quieren comerse sus semillas, ni a los insectos que quieren devorar su
cosecha. No hay suficientes pájaros e insectos para destruir todos los
esfuerzos de aquellos que diligentemente sembraron, protegieron y
conservaron durante la primavera.

Aprenda a aceptar la existencia perpetua del negativismo y
aprenda, igualmente, que el negativismo siempre se rinde ante el
esfuerzo humano constante, acompañado de una fe creciente y de una
actitud mental positiva. Está escrito que tal cual se siembra, se
cosechará. Sin embargo, esto sucede solamente si se combina el
esfuerzo de la siembra con el esfuerzo mental de confiar y el esfuerzo
físico para prestar atención constante a las cosas de valor. Sonría
ante la adversidad y actúe rápidamente para eliminarla. Espere que
haya adversidad, ya que seguramente surgirá. Agradezca la adversidad,
ya que ésta obliga al espíritu humano a crecer y, sin duda alguna, el
carácter del ser humano se forma no porque no haya dificultades sino
como respuesta a las dificultades .

Todas las cosas, aun la adversidad, tienen un propósito valioso.

Nosotros dos -yo, el escritor de este libro y Ud., el lector-
vivimos en un mundo de causas y consecuencias. La cosecha, que es
nuestra vida según la estamos viviendo, es el resultado de las
semillas sembradas anteriormente. Nosotros mismos sembramos algunas de
estas "semillas" con nuestras costumbres o hábitos inquebrantables. En
nombre nuestro, nuestros padres, maestros y otras personas bien
intencionadas pero equivocadas que nos "pasaron" sus malos hábitos,
sembraron otras. En ambos casos, nuestra actitud mental actual,
nuestras finanzas, ambiente, estilo de vida y punto de vista acerca de
nuestras posibilidades futuras son lo que llamamos circunstancias y
para cambiarlas tenemos que cambiar la causa de dichas circunstancias
- es decir, nosotros mismos. Tenemos que cambiar nuestros hábitos,
nuestra actitud mental, nuestras opiniones y frecuentemente, nuestra
ocupación, nuestra residencia y hasta nuestros amigos, si es que las
circunstancias han de cambiar.

Un hombre visita una jardinería y, sin pensar o siquiera
indagar, escoge lo que parece ser una bonita planta que compra, lleva
a su casa y siembra en el jardín. Meses más tarde descubre que la
planta ha crecido, madurado y ha florecido. Es una bellísima
buganvilla a la que es alérgico. Desear que la planta sea un rosal, o
un tulipán, sería una tontería. Las circunstancias no van a cambiar
sencillamente porque le disguste el resultado ...él es el culpable de
los ojos llorosos y la rinitis. Lo mismo sucede con la persona que
vive en medio de la mediocridad. El hecho que las semillas
responsables de esa condición hayan sido colocadas en la tierra de la
vida por él o por otra persona no tiene importancia. Acusar a los
demás, sentir lástima por nosotros mismos y la continua
racionalización y fabricación de excusas es una tontería. Lo único
importante es llevar a cabo un asalto masivo, voluntario y efectivo
para cambiar las causas. Dirija sus pensamientos, conversaciones y
atención completa a eso, si desea cambiar las circunstancias. Use un
buen número de sus horas desocupadas para su desarrollo propio por
medio del planteamiento, la lectura y la inversión. Invierta su tiempo
en proyectos de valor, invierta sus pensamientos en actividades con
fines valiosos, invierta su afecto en personas merecedoras y,
finalmente, reserve su mayor respeto para Ud. mismo, ya que es esa
imagen ...su propia percepción ...lo que determina la calidad de la
vida.

Tenemos que enfrentarnos a la realidad ...las personas y los
eventos continuarán tanto lastimándolo como desilusionándolo. Entre
las personas podrá Ud. contar a las que más quiere y a las que menos
conoce. Pocas veces lo harán con la intención de herirle. Más bien,
una variedad de situaciones, generalmente fuera de su control, harán
que actúen, hablen o piensen de manera que pudiera tener un impacto
adverso en Ud., sus sentimientos y emociones del momento y en la
manera cómo se desenvuelve su vida. Así ha sucedido durante seis mil
años de historia conocida y su dolor y pesar no corresponden a la
primera vez que un ser humano haya sido herido profundamente por las
acciones inapropiadas de otro. La única manera de evitar ser afectados
por la vida -tanto en lo bueno como lo malo- sería retirándose de la
sociedad. Aun así, Ud. se desilusionaría a sí mismo y el imaginar lo
que está sucediendo en el resto del mundo le perseguiría y lastimaría.
Conociendo todo esto, solamente hay una solución. Es una solución que
le servirá de apoyo cuando las personas y los eventos le hieran
-aprender a trabajar más arduamente en su crecimiento personal que en
todo lo demás. Ya que no puede Ud. controlar el clima, el tránsito, a
los que ama, a sus vecinos o a su jefe, debe entonces aprender a
controlarse a sí mismo, ya que es su reacción ante las dificultades de
la vida lo que es verdaderamente importante.

No dude de sí mismo, ya que donde existe la duda no puede haber
seguridad. No se abandone a sí mismo, ya que del abandono nace la
pérdida. No crea ser menos ni más de lo que es; trate de llegar hasta
donde sea Ud. capaz. No use la arrogancia o la descortesía, ya que
ambas características son adoptadas por aquellos que tratan de cubrir
sus debilidades. No pierda el tiempo quejándose del pasado e invierta
el tiempo en la preparación de un futuro mejor. Ud. es una semilla
fértil del Creador de todas las cosas, destinada no a yacer adormecida
sino a surgir de la tierra que es la vida y a crecer hacia los
horizontes ilimitados, superando, durante este proceso, todos los
obstáculos. Su destino es usar sus talentos y alcanzar todo aquello
que Ud. crea que se merece . . . amar más, anticipar más, superar más,
planear más, atraer más y gozar más de lo que Ud. creyó ser posible.
Ese es el nivel de vida que le espera con brazos abiertos si toma la
decisión correcta. Ud. es merecedor, va en camino y alcanzará el
éxito.

VII
EL OTOÑO


Me gusta la primavera, pero es demasiado joven. Me gusta el
verano, pero es demasiado orgulloso. De manera que lo que más me gusta
es el otoño, porque sus hojas son un poquito amarillas, su tono más
suave, sus colores más ricos y tiene un matiz de tristeza.

Su riqueza dorada no recuerda la inocencia de la primavera ni el
poder del verano sino la dulzura y la sabiduría real de la vejez que
se aproxima. Conoce las limitaciones de la vida y está satisfecho.

Lin Yutang


El otoño es una temporada para el júbilo y para el examen de
conciencia. Para aquellos que sembraron con abundancia en la primavera
y que lucharon contra los insectos, la maleza y el clima del verano,
el otoño puede traer recompensas que son motivo de regocijo. Para
aquellos que contemplaron tanto la llegada como la partida de la
primavera y que hicieron poco esfuerzo para aprovechar su estadía casi
momentánea, el otoño puede ser una temporada de confusión, una
temporada de ansiedad y una temporada de gran arrepentimiento.

Es durante el otoño cuando descubrimos lo largo o corto que será
el invierno. El otoño nos revela si verdaderamente hemos hecho todo lo
necesario o si nos hemos engañado a nosotros mismos, usando la
conversación y la pretensión como anestesia temporal, para hacernos
creer que hemos trabajado cuando, en realidad, no lo hemos hecho.

La tierra y la llegada del otoño, conjuntamente, emitirán el
juicio final que representa la realidad del esfuerzo humano. Su
veredicto no se puede disputar, ya que las pruebas de trabajo, cuidado
y paciencia son indisputables ...las cosechas son abundantes o no lo
son y, si no lo son, solamente tenemos que observar las manos de los
que tenían esa responsabilidad durante la última primavera. Es mejor
no escuchar las excusas de terrenos malos, semillas malas o mal clima,
ya que el sembrador escogió el terreno, el sembrador escogió la
semilla, el sembrador solo es responsable de su cosecha - no las
circunstancias.
No hay nada más emocionante que una cosecha abundante y nada más terrible

que un terreno yermo en el otoño.

Lo mismo sucede con aquellos a quienes se les ha dado la
responsabilidad de sembrar los campos y con aquellos a quienes se les
han dado las responsabilidades de vida y éxito en el mundo comercial y
laboral. Un resultado escaso y estéril en la estación reservada para
la cosecha convierte la confesión de nuestros fracasos pasados en una
acción tanto difícil como innecesaria.

Una cuenta bancaria vacía es indicación de la ineficacia de un
esfuerzo pasado. Es indicación de una oportunidad desperdiciada. Es
indicación de dilación excesiva o de pereza. La ley del universo no
tiene tacha. Se aplica igualmente al granjero y al hombre de negocios.
Es una ley que afecta igualmente a todas las cosas y a todas las
personas. La ley perdura desde la creación del mundo y durante todo
este tiempo el hombre ha tratado de circunvenirla, de discutir con
ella y aun ignorarla. Finalmente, nuestros resultados demostrarán si
hemos obedecido o desobedecido sus órdenes. La ley es sencilla y todos
la conocemos:

"De acuerdo con lo que siembres, cosecharás."

En todos los campos de la existencia humana, hay que saber que
lo que depositemos en el mundo lo recibiremos de vuelta. De esta
manera la naturaleza nivela los resultados. Tanto los pensamientos
como las acciones determinan el resultado, el estilo de vida y las
actitudes humanas. Las mentiras, tarde o temprano atraen otras
mentiras. Encontrar un método operativo más fácil, que sacrifica la
calidad, inevitablemente causará una disminución en las ganancias y
noches de insomnio. Todos los esfuerzos, ya sea prestar servicios,
hacer mercadeo, reclutar personal o trabajar con productos deben
beneficiar a todos los involucrados. En caso contrario, el esfuerzo no
sobrevivirá el paso de los años.

El maíz que se siembra en la primavera producirá maíz en el
otoño. Igualmente, el trigo, la cebada o los melones producirán su
misma especie. Ud. no puede sembrar un producto y esperar cosechar
otro, sencillamente por haber cambiado de idea en medio verano.

La tendencia humana es contemplar a aquellos que han logrado el
éxito y decidir que, en una época anterior, han sido afortunados o
deshonestos. Por supuesto que el hombre que conduce su coche de lujo
hacia su residencia cara ubicada en la colina no puede haberla
obtenido con el trabajo arduo y los sacrificios. Este es lenguaje de
los pobres. Para el hombre afortunado con el carro y la casa en la
colina, éstas son las cosechas del otoño que produjeron sus negocios
-- son la recompensa justa que le corresponden por los esfuerzos de la
primavera de su vida... una primavera en que aquellos que hoy le
condenan posiblemente se reían, pescaban o contaban cuentos. Aquellos
que no poseen siempre se burlarán de los poseedores.

Aquellos que condenan a quienes han alcanzado el éxito,
acusándolos de haber triunfado por haber gozado de buena suerte o por
haber practicado la deshonestidad, desconocen el precio que se paga
por el éxito. No pueden ver las desilusiones enormes, las esperanzas
desechas ni los sueños destrozados. No entienden los riesgos
involucrados al reunir e invertir el capital en una idea que aún no
tiene comprobación. No ven los problemas legales, las obligaciones
impositivas, los problemas con los sindicatos, las restricciones de
los reglamentos gubernamentales ni pueden apreciar los desacuerdos
familiares que parecen acompañar, automáticamente, la búsqueda del
éxito. Aquellos que condenan, ven y se burlan de los resultados, sin
conocer el costo ni la causa del éxito. Mientras los egoístas del
mundo se burlen de los que han alcanzado el éxito ...continuarán
viviendo tal como viven.

En el otoño nos regocijamos o producimos excusas. Para aquellos
que no aprovecharon a cabalidad la primavera y aquellos que no
protegieron sus cosechas cuidadosamente durante el calor del verano,
no pueden existir razones legítimas...solamente excusas y las excusas
son sólo intentos de culpar las circunstancias en vez de culparse a sí
mismos.

La diferencia entre una vivienda inadecuada y una mansión en la
colina es la misma diferencia que existe entre un esfuerzo promedio y
un esfuerzo masivo en la primavera. La naturaleza promete siempre que
una taza producirá un quintal. Todos lo sabemos pero aun así, se nos
olvida que para cosechar muchos quintales, que es la medida del éxito,
tenemos que sembrar muchas tazas. Para lograr un éxito enorme en el
otoño todavía es necesaria una acción enorme en la primavera. Es
posible que cuarenta horas a la semana en el campo de la oportunidad
no sean suficientes, especialmente si las trabajamos en el campo
equivocado. Algunas veces, si queremos mejorar los resultados, tenemos
que admitir con dolor que el campo donde trabajamos en estos momentos
es demasiado rocoso o espinoso, o que la capa de terreno fértil es
demasiado delgada. Aunque es muy difícil cambiar un campo por otro más
fértil, esa dificultad es insignificante comparada con la dificultad
final que surgirá por no hacer el cambio.


VIII
EL INVIERNO


El invierno, al igual que la primavera, es una temporada que
puede aparecer brevemente durante cualquier estación, para recordarnos
su poder. En medio verano, mientras atendemos cuidadosamente nuestras
siembras, el invierno puede amenazarnos como si quisiera arrebatarnos
los frutos de nuestros esfuerzos. El invierno puede manifestar su
presencia amenazante durante la estación de la oportunidad -la
primavera- y si no reaccionamos rápidamente para cancelar su posible
efecto arrasador, la temporada de la oportunidad nos será arrebatada
por una de las tormentas de la vida, dejándonos con otro año de espera
por delante. El invierno puede aparecer prematuramente durante el
otoño -la estación de la cosecha - cuando estamos listos a recoger la
recompensa del esfuerzo humano invertido y dejarnos con cosechas o
resultados de poco valor.

La primera lección que tenemos que aprender en la vida es que el
invierno siempre llega; no solamente el invierno de frío, viento,
nieve y hielo, sino el invierno humano de desesperación, soledad,
desilusión o tragedia. Es invierno cuando nuestras oraciones no
reciben respuesta, cuando las acciones de nuestros hijos nos dejan
temblorosos o anonadados. Es invierno cuando la economía se voltea en
contra nuestra o cuando los acreedores nos persiguen. Es invierno
cuando la competencia nos amenaza o cuando un amigo se aprovecha de
nosotros. El invierno toma muchas formas y llega en cualquier momento,
tanto al sembrador como a las personas en el mundo de los negocios y
aun a nuestra vida personal.

La llegada del invierno nos encuentra en una de dos situaciones:

Estamos preparados o no estamos preparados.

Para aquellos que están preparados, que han sembrado con
abundancia durante la primavera, que han cuidado sus siembras durante
el verano y han cosechado enormemente durante el otoño, el invierno
puede ser otra estación de oportunidad. Puede ser una temporada para
la lectura, para recuperar las energías para la próxima primavera y
para gozar de protección y abrigo. Puede ser una temporada de gran
regocijo, una temporada para compartir con los seres queridos con
quienes hemos trabajado. Es una temporada para dar gracias y una
temporada para compartir los obsequios de la vida. El invierno es la
temporada para agradecer, tanto por lo que tenemos como por lo que aún
no hemos logrado. El invierno es la temporada para el descanso, pero
no un descanso excesivo. Es la temporada para gozar del fruto de
nuestro trabajo, pero no es temporada para la gula. Es la temporada
para las conversaciones cálidas pero no para el chisme. Es la
temporada para la gratitud pero no para la satisfacción excesiva. Es
la temporada para sentirnos orgullosos más no para ser egoístas.

Lo que hacemos con nuestro tiempo, con nosotros mismos, con
nuestros amigos y con nuestra actitud mental durante el invierno,
determina lo que haremos la próxima primavera. Estamos destinados a
que mejoremos constantemente nuestras condiciones, nuestros resultados
y a nosotros mismos. Mejoramos o retrocedemos, ya que nunca
permanecemos inmutable. Si no mejoramos es porque no utilizamos
nuestra inteligencia, nuestro razonamiento y potencial. Finalmente, lo
que no usamos se pierde. Por falta de uso podemos perder nuestra
inteligencia, nuestro razonamiento, nuestro potencial y nuestra
fuerza. Si la falta de uso o el mal uso nos hacen perder estos
atributos humanos valiosos, podemos predecir que retrocederemos.
Nuevamente, es una ley fundamental de la vida la que exige el progreso

o el retroceso humano.

Para aquellos que están preparados para la llegada del invierno,
usen el invierno de la misma manera que usan la primavera, para
obtener ventaja.

Para aquellos que no están preparados, la llegada del invierno
es una temporada de remordimientos y profundas tristezas. Ya que
anteriormente no tuvieron el deseo de pagar con el dolor de la
disciplina, ahora tienen que pagar el con el peso del arrepentimiento.
La carga y las cadenas de la disciplina son insignificantes al
compararlas con el peso enorme y los impedimentos del arrepentimiento.
El arrepentimiento representa un granero y una cocina vacía, con un
año por delante hasta la llegada del próximo otoño. Aunque llegue la
primavera, tendremos que esforzarnos con la billetera y el estómago
vacío. Para aquellos que están preparados, el invierno es otro aspecto
de la primavera pero para aquellos que no están preparados, la llegada
del invierno conlleva horror e incertidumbre. El amor y la armonía le
ceden el paso a las acusaciones y a la ira.

Durante la primavera debemos pensar en los horrores que presenta
un invierno cuando no estamos preparados. Dejemos que la imaginación
nos pinte un cuadro con vientos helados, campos barridos por la nieve
y árboles cubiertos de hielo; escuchemos con la imaginación, el llanto
de un niño hambriento y la desilusión en los ojos de nuestros seres
queridos; imaginemos la búsqueda desesperada de excusas mientras
tratamos de justificar nuestros errores pasados y el temor que
experimentamos con la llegada del correo 0 cuando alguien toca a
nuestra puerta. Estas escenas, vividas con anticipación, pueden
proporcionarnos el choque emocional que nos impulse a realizar un
esfuerzo masivo en la primavera para que dicho impulso evite que
nuestro cuadro imaginario se convierta en realidad.

El invierno puede afectar nuestras vidas de muchas maneras
durante todas las estaciones del año. Nos puede poner a prueba y
recordarnos sutilmente los ruegos de aquellos que viven rodeados por
el invierno. El invierno puede representar una oportunidad perdida o
la pérdida del amor. El invierno puede ser la desilusión que nos causa
un amigo de confianza o la pérdida, a un competidor, de un negocio
esperado. Las palabras hirientes de parte de un ser querido o el
pesimismo y cinismo que nos manifiesta ese alguien a quien le pedimos
consejo y asesoramiento, pueden ser un soplo de viento helado
invernal.

El desafío principal ante aquellos que se encuentran rodeados
por el invierno, es no dejar que éste afecte la llegada de la
primavera ni la capacidad para reconocer su llegada. Una parte
importante de la vida es aprender a ser siempre parte de la solución
en vez de convertirnos en parte del problema.

Si se encuentra Ud. sin amor, dinero o empleo, Ud. está viviendo
un invierno y esto se debe a que, en algún momento, dejó pasar la
primavera. La desatención siempre es costosa y el invierno es
puramente una circunstancia - un efecto que es el resultado de una
causa previa. Si concentramos nuestros pensamientos en la severidad de
nuestro invierno personal, será más difícil tolerarlo. Escudriñe los
rincones más profundos de su mente y su corazón para descubrir la
causa verdadera, ya que ésta reside en Ud. La adversidad muy pocas
veces se le puede atribuir a alguna cosa o alguna persona externa.
Culpar las influencias externas por la circunstancia del invierno es
hallar una excusa conveniente para achacar responsabilidad. Es la
tendencia humana normal que nos lleva a culpar a otra persona por el
invierno de la vida y por esta razón, el resultado que cosecha la
mayoría de los seres humanos es la mediocridad que acompaña a este
comportamiento.

Las actitudes humanas, las opiniones y los hábitos deben cambiar
para que cambien las cosas o las circunstancias. Las conversaciones
acerca de la manera cómo deben ser las cosas ...el por qué no son
justas ...son sólo eso -conversaciones. Una conversación estéril es la
ocupación de los perezosos sin ambición durante los inviernos de la
vida, ya que estas conversaciones vacías producen una euforia que
nubla los sentidos y oculta la realidad de las cosas. La televisión
ofrece la misma euforia para aquellos que la usan como medio para
escaparse de sus vidas vacías. Aquellos que buscan soluciones en
medios externos la encuentran en el alcohol y las drogas. Los que
tratan de que sus debilidades pasen desapercibidas, atacando las
debilidades ajenas, encuentran esta euforia en la chismografía inútil.

Esperemos que el invierno le encuentre planeando para la llegada
de la primavera y contemplando los errores de comisión y omisión del
año anterior. Esperemos que el invierno le encuentre con una expresión
de felicidad y el corazón contento ...con una palabra alentadora para
los que le rodean, con fe en el futuro, sin temores, con apreciación
hacia el pasado y sin remordimientos y, finalmente, con agradecimiento
por los éxitos, adversidades e incertidumbres de la vida, ya que cada
uno es una bendición que elimina las limitaciones de las oportunidades
que la vida ofrecerá en el futuro.

El invierno es la temporada de análisis, ponderación e
introspección. Es la temporada para evaluar los propósitos y
procedimientos; para volver a encontrar el propósito de nuestras
vidas, para descubrir maneras de solucionar dilemas antiguos y para
diseñar planes especiales que contribuyan al bienestar de otros, menos
afortunados que nosotros. Es la temporada para comprender y controlar
la ira, esa emoción humana tan frecuente, que muchas veces nos hace
juzgar sin una deliberación justa. Es la temporada para analizar
nuestro sentido de justicia y para superar la tendencia de lanzar
nuestra opinión condenatoria sin hacer una investigación completa, ya
que esta actitud es la cúspide de la ignorancia. El invierno es la
temporada para ser sinceros con nosotros mismos introspectivamente,
pues la tendencia es engañarnos a nosotros mismos. Es la temporada
para desarrollar los talentos que nos permiten llevarnos con las
personas imperfectas, ya que hasta un tonto puede llevarse con las
personas perfectas. Es, también, la temporada para aprender a ser
suficientemente sabios y saber lo que debemos decir e, igualmente, lo
que debemos pasar por alto y lo que no debemos decir. La sabiduría que
nos espera, si utilizamos el invierno cuidadosamente, nos enseñará que
la evolución no es más que una revolución a paso más lento y que el
orden que rige el universo es un cambio gradual constante. Solamente
aquellos atributos humanos valiosos: La honestidad, la lealtad, el
amor y la fe en Dios permanecen constantes. El invierno es la
temporada para agradecer el haber logrado éxitos o el haber soportado
la falta de los mismos.

La estación inactiva de invierno es la temporada para enriquecer
nuestra mina de conocimientos, continuando así nuestra educación.
Esto, en realidad, no quiere decir que aprendamos cosas que ignoramos,
más bien que aprenderemos a comportarnos de manera diferente. Cada uno
de nosotros aprende, automáticamente de la vida, hechos e información,
al inspirarnos con la emoción que acompaña la expectativa y la
confianza en nuestras aptitudes.

Con el invierno llega la oportunidad de cumplir las promesas
pendientes y ponernos al día en la correspondencia. Es, igualmente, la
temporada para alentar a los jóvenes, quienes se sienten inseguros por
su inexperiencia ...y para alentar a los ancianos quienes, por su
experiencia, contemplan el futuro con aprehensión. No permita que pase
un invierno sin invertir mucho de su tiempo enseñando, alentando y
dándole seguridad a otros, ya que al hacerlo su recompensa será mayor
fe en Ud. mismo. El maestro es siempre el mayor receptor de las
lecciones que trata de enseñar. Permita que el invierno le encuentre
pensando en otros ...y apreciando ...y siendo amable ...y,
ciertamente, permita que el invierno le encuentre riendo con más
frecuencia, aunque los vientos soplen fríos y la nieve cubra la tierra
que dentro de poco brotará con nueva vida.

IX
LA DERROTA -- EL MEJOR COMIENZO


Alguien dijo una vez: "No reces para que las cosas sean más
fáciles, reza para que haya más obstáculos y más desafíos, ya que son
éstos los que forman el carácter y la voluntad de vencer en el
hombre". Casi todos los relatos de éxitos que conozco comenzaron
cuando la persona se encontraba postrada mental y financieramente. A1
encontrarse en esta condición, las personas generalmente sienten tanto
hastío que sacan talento, aptitud, deseo y determinación de lo más
profundo de su ser - ingredientes esenciales que requiere una persona
que quiere mejorar las cosas. Es frente a la adversidad que las cosas
comienzan a cambiar y las "cosas" siempre cambian como resultado del
cambio personal que tiene lugar. He descubierto que las "cosas" nunca
cambian - es decir, no cambian solas. Cambian cuando un ser humano con
un desagrado profundo, deseo y determinación para cambiar su vida se
acerca al tribunal de la justicia humana y grita para que lo escuche
el mundo entero: "Estoy hastiado de derrota y humillación y no las
toleraré más". Es entonces cuando se reúnen en consulta el momento, el
destino y las circunstancias y llegan a una decisión unánime: "Nos
haremos a un lado porque somos impotentes ante esa clase de
determinación". Desafortunadamente, la mayoría de la gente no cambia
-espera que cambien las circunstancias- culpando a otros o culpando a
las circunstancias por su progreso mínimo. Aceptan la derrota como si
la naturaleza por designio, deseara que la humanidad se revolcara en
charcos de derrota y lástima a sí misma.

Pero ...la vida continuará aunque Ud. esté derrotado. El mundo
volverá a despertar mañana al nacer el sol y los eventos continuarán
repitiéndose con regularidad. Su posición actual, en el éxito o la
derrota, es una condición temporal. Ud. escapará del fracaso de la
misma manera que se dirigió hacia él. La condición en que vive
cualquier persona que se siente derrotada y avergonzada la sufren
miles de personas en este momento, en algún lugar del país. En una
ocasión alguien me sugirió que debía decirme a mi mismo: "Esto también
pasará", cada vez que tenía la tentación de pensar que ya había
aceptado todo el negativismo y el fracaso que podía tolerar en la
vida. Entre todos aquellos que en estos momentos sufren de un
agotamiento mental, espiritual y financiero, hay algunos que buscarán
ansiosamente un nuevo comienzo y, al encontrarlo se levantarán y, una
vez en pie, regresarán no solamente a trabajar con éxito sino a dejar
sus huellas indelebles en el campo comercial, político o social.
Escribirán y hablarán acerca de sus éxitos y sus colegas analizarán
sus acciones de mil maneras. El mundo los considerará "afortunados" y
se dirá que "la suerte les sonríe". Sin embargo, ese mismo mundo
desconocerá la agonía y la soledad que cada uno de ellos experimentó
antes de iniciar su marcha ascendente hacia el éxito. De manera que,
si cabe en estos momentos y aunque parezca ser una insensatez,
agradezca a Dios por las limitaciones o fracasos que le aquejan, ya
que ocupa Ud. una plataforma donde se originan casi todas las
historias de éxito. Puede Ud. ir a donde quiera, hacer lo que le
satisfaga y convertirse en lo que desee ...desde el lugar en que se
encuentra. Fue ahí donde comenzaron Longfellow, Miguel Ángel y
Lincoln. Rod Sterling escribió cuarenta cuentos antes de que le
aceptaran uno. A Disney lo despidieron de un periódico después de
decirle que él no tenía talento. Richard Byrd estrelló el avión las
dos veces que voló solo pero, sin embargo, llegó a convertirse en uno
de los exploradores más importantes del mundo. Por lo tanto, agradezca
la adversidad que le sale al paso. Pero, para beneficio de su futuro,
hágala trabajar a su favor y no en su contra. El mundo le observará,
sin molestarse, mientras Ud. se queja - hasta que finalmente, Ud.
muera pobre y abandonado - si eso es lo que Ud. desea. Sin embargo, le
abrirá el paso una vez que haya Ud. tomado la decisión firme de
aceptar su situación actual sólo temporalmente y que volverá a
comenzar para dejar una huella positiva en el mundo. El mundo
realmente no tiene tiempo para preocuparse de su selección, de manera
que por lo menos como favor a Ud. mismo, arriésguese a la aventura
contemplando el éxito en el futuro y no malgaste su tiempo en una mera
existencia y lamentándose de su mala suerte.

A partir de este momento y por el resto de su vida, dedíquese a
la excelencia y recuerde que el desafío a que se enfrenta es el
triunfo. Después de todo, ¡Ud. tiene solamente una vida! ¡Hagamos de
ella algo extraordinario !

No camines delante de mi,

Es posible que no te siga.

No camines detrás de mi,

Es posible que no te guíe,

Camina a mi lado,

Como amigo.

JORGE SILVA & MARCELA CONEJERO
EQUIPO MILLONARIO CHILE
TELÉFONO MÓVIL: (056) 9-3368527 /(056) 9-4359903
E-MAIL: jorgeltk@yahoo.com
MSN : riquezatotal@hotmail.com
www.herbalife.com

"HAGAS LO QUE HAGAS DA LO MEJOR DE TI"

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