Posted: 13 Oct 2008 11:59 AM CDT
Siempre fue un misterio para mí. Hay gente que es capaz de dar el todo
por el todo. Gente que se apasiona, que se compromete a fondo, que
persevera pese a las dificultades. Gente que parece que la sangre le
hierve en las venas.
También hay otro tipo de gente. La que parece que por las venas les
corre jugo de tomate, frío y aguado. "Hablé con todo el mundo y los
tres me dijeron que no." Gente a la que todo evento le queda lejos, o
le parece caro. Gente que prefiere no intentar. Gente miedosa, que
prefiere ir lento a ninguna parte.
Lo más extraño es que, cuando uno trabaja con las metas de ambos tipos
de gente, sus objetivos no parecen ser tan distintos. Todos sueñan con
una vida mejor para ellos y para sus seres queridos. Darles a los
hijos una mejor educación. Proporcionar a su pareja la casa que se
merece. Las vacaciones soñadas, los autos deseados.
Uno podría argumentar que el deseo de darle lo mejor a los hijos (u
otros seres queridos) es una condición innata, básica del ser humano.
Sin embargo, cuando se les ofrece una vía, una posibilidad de hacerlo,
no todo el mundo lo aprovecha de igual manera. Algunos lo hacen a
fondo, otros se quedan por el camino, otros ni siquiera lo intentan.
Fascinante, diría Jim Rohn.
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